Willy Quiroga y Mr. E. |
Junto a la mesa en la que estaba ubicado había un escenario armado de manera muy profesional. Una batería impactante, una Les Paul reluciente y a menos de dos metros de distancia un bajo Hamer de cinco cuerdas. No soy un especialista en instrumentos pero para ese bajo hay dos opciones: o sos un farabute con guita y pretensiones o te la bancás como el mejor. Y esta opción última calzó perfecto ya que el propietario del instrumento era Willy Quiroga que se presentó con su hijo Simón en batería y un violero de la hostia como Carlos Gardellini para reeditar una versión siglo XXI de Vox Dei con un show corto (es lógico, era una fiesta de casamiento) pero condundente y emocionante. Tener a muy poca distancia a una leyenda que toca temas de La Biblia, uno de los álbumes insignia del rock argentino, no es poca cosa y se te pone la piel de gallina.-
Podemos discutir si la carrera de Willy tiene altibajos (que los tiene) pero no hay margen para decir que el tipo entra en la categoría de mito y que su sola presencia es como tocar la historia. Así que me llevé una gran experiencia de haber disfrutado de la presentación en vivo de un pedazo del rock argento y la foto que acompaña. Un toque de distinción para una fiesta de casamiento que, por suerte, fue mucho más que vals y torta. Griselda y Beto: unos capos. Felicidades. Todos los ríos, van al mar.-